Durante casi veinte años viajamos por bosques y selvas buscando los mejores cafés para los mejores restaurantes y hoteles de México.

Como en una novela de aventuras, esta travesía nos llevó a descubrir lugares remotos —casi ocultos, no siempre asociados al cultivo de café— donde hemos tenido la fortuna de conocer y colaborar con algunos de los mejores agricultores del país.

Mucho tiempo tostamos estos arábigos solamente para compartirlos con amigos y familiares; pero siempre dijimos que un día crearíamos un club, así fuera virtual, para compartir lo coleccionado con el mundo.

Llegó el día. Bienvenidos al Club.